lunes, 6 de mayo de 2019

Bloque 4: El sistema de la lengua: ortografía y semántica

INTRODUCCIÓN

En este bloque vamos a planificar, desarrollar y evaluar dos actividades prácticas en el aula para interiorizar, por un lado, la ortografía y, por otro lado, la semántica y el vocabulario. Nuestra intención será provocar un aprendizaje significativo trabajando sobre conceptos vistos en sesiones anteriores, buscando un componente lúdico y un ambiente más distendido. Estos pequeños juegos nos resultarán útiles para ver, escuchar, decir y escribir palabras en el aula que nos interese a nosotros como docentes, aprovechando la motivación y la dinámica favorable que aportan estas actividades. 

Como hemos leído en la Teoría de la asignatura, nuestra intención es que los alumnos y alumnas realicen fijaciones de grafías escritas correctamente, ya que la fijación visomotora es el mejor método para que asimilen la ortografía de palabras complicadas. Así lo leemos también en Tratado de didáctica de la ortografía de la lengua española: la competencia ortográfica: “ […] incluir tales palabras en actividades de diferentes tipos que eviten la monotonía y posibiliten una correcta fijación visomotora de las mismas: ver la palabra con sus peculiaridades, pronunciar clara y pausadamente la palabra, escribir la palabra para conseguir la fijación de una correcta imagen cinética de ella e incluir la palabra en una frase que sirva para precisar su significado contextual.” (Teruel, 2013).

Además de la ortografía, vamos a ver en el bloque la semántica y el vocabulario, tanto activo como pasivo, que se irán ampliando durante toda la vida en función del uso de la lengua, y donde se busca un aprendizaje contextual y por relación de elementos. Según Manual de didáctica de la lengua y la literatura: “Como se parte de la idea de que nuestro léxico mental almacena las palabras ligadas por similitud formal y/o semántica, se entiende que es mucho más fácil y rentable aprender las palabras en grupo y en el contexto de la frase, porque así el proceso de memorización sigue la tendencia natural.” (Martin Vegas, 2009).

He elegido en ambos casos el curso de 3º de E. Primaria, ya que consultando los objetivos del BOCM de ortografía y vocabulario de 3º y 4º podemos observar que son prácticamente idénticos. Por lo tanto, considero que en este curso debemos introducir este tipo de actividades para que la retención visual de palabras se vaya desarrollando progresivamente. De esta manera, serán actividades que se podrán ir realizando a lo largo de todos los cursos aumentando la dificultad de las palabras y ampliando el vocabulario en función de las necesidades que encontremos.

Actividad lúdico-didáctica para el desarrollo de la ortografía

Para la interiorización de la ortografía vamos a seleccionar el juego de “La escalera”, en el que por cada palabra dibujamos una escalera con un escalón para cada sílaba. La sílaba tónica es un escalón más alto. Para desarrollar la actividad, vamos a seguir el esquema que hemos aprendido, que consta de los siguientes pasos:

PREPARACIÓN

1. Plantearnos unos objetivos específicos (entre 1 y 3).

Nos centramos en los objetivos de 3º Primaria Comunidad de Madrid respecto a la ortografía, y que esta actividad nos permite desarrollar claramente:

-    Distinguir la sílaba tónica en las palabras.
-    Clasificar las palabras por el número de sílabas (monosílaba, etc.) y por el lugar que ocupa la sílaba tónica.
-    Colocar la tilde en aquellas palabras que la necesitan, aplicando las reglas de acentuación.

2. Preparar el material si se requiere.

La preparación del material se limita a buscar palabras que tengan alguna dificultad ortográfica, tanto de acentuación como de escritura complicada (b/v, c/z, g/j), ya que vamos a aprovechar la actividad para tener en la pizarra distintas palabras escritas de forma correcta, aplicando la retención visual como hemos explicado anteriormente.

3. Pensar cuál es la mejor forma de llevarla a cabo en nuestro grupo (dependiendo de los intereses, capacidades, etc… de nuestros alumnos)

En primer lugar, escribirán las palabras de forma individual, ya que nos interesa que piensen en la grafía correcta. A continuación, podemos formar grupos de 3 o 4 estudiantes para que dialoguen entre ellos sobre la respuesta correcta, para después escribirla en la pizarra identificando la sílaba tónica con un escalón más alto que el resto de sílabas. Esto nos permitirá que dialoguen entre ellos, confrontando ideas y buscando una solución, para que poco a poco vayan expresando sus opiniones y justificando sus decisiones.

PUESTA EN PRÁCTICA 

1. Partir siempre de la evaluación inicial ¿qué conocen los niños del tema, de algunos aspectos concretos…? (Preguntar a los niños sobre ello y ajustar las respuestas a la realidad). 

Esta actividad la realizaremos en una sesión después de haber explicado y trabajado anteriormente las sílabas tónicas y la acentuación, por lo que preguntaremos a los alumnos sobre el tema, para que traigan a la memoria sus conocimientos y después los puedan aplicar.

2. A partir de la motivación, explicar la actividad de forma clara. 

Una vez que tenemos claro el tema que vamos a trabajar, explicamos la dinámica de la actividad:
“Vamos a decir una serie de palabras en voz alta que tendréis que escribir cada uno en vuestro cuaderno. Nos tenemos que fijar en cómo se escribe la palabra, cuántas sílabas tiene y cuál es la sílaba tónica. Para identificarla bien, la escribiremos un escalón por encima del resto. Cuando tengamos las palabras, nos juntaremos con nuestro grupo y buscaremos la solución correcta entre todos. Después, iremos escribiéndolas en la pizarra de uno en uno. ¿Hay alguna duda? ¿Ponemos un ejemplo para todos?”

3. Poner al menos un ejemplo, vosotros mismos o utilizando a niños a los que vais guiando. 

Cuando estén resueltas las dudas que surjan, haremos un ejemplo práctico para mostrar el procedimiento completo. Elegiremos una palabra, la escribiremos en la pizarra colocando la sílaba tónica en un escalón superior, y la pronunciaremos enfatizando el acento tal y como tendrán que hacer los estudiantes. También podemos mostrar cómo sonaría la palabra acentuando una sílaba diferente, para que vean que no suena adecuadamente.
 
 4. Dejar que los niños ejecuten la tarea. Si es oral, procuraremos hablar lo menos posible y escucharlos a ellos. Si es escrita, pasaremos por los grupos o por las mesas individuales para fijarnos si están teniendo dificultades y resolver dudas. 

A continuación, iremos dictando las palabras que tendrán que escribir en un tiempo determinado, primero en una hoja individual y luego en grupos pequeños, poniéndose de acuerdo entre ellos y probando la entonación adecuada en función de la sílaba enfatizada.
El docente no tiene que intervenir en ningún momento, ya que se resolverá posteriormente en la pizarra, y será en ese momento cuando se compruebe la solución correcta. Podemos pasearnos por las mesas para observar qué escriben, qué dudas tienen y cómo defienden sus respuestas en el pequeño grupo.

Presentamos un esquema de las posibles escaleras que se dibujarán, en función de la sílaba tónica y del número de sílabas:


Algunos ejemplos de palabras que podemos utilizar en función de la edad elegida:




Al finalizar la actividad, si hemos visto que dominan el tema de las sílabas tónicas, y para ampliar las posibilidades del juego, podemos introducir las palabras tritónicas, como la que tenemos en el ejemplo (árbitro) para colocar la tónica en las distintas sílabas y obtener 3 palabras diferentes (árbitro, arbitro, arbitró). Puede servir para jugar con el lenguaje y como simple curiosidad, para mostrar cómo cambia una palabra en función del acento y la tilde.

Si, por el contrario, encontramos alguna dificultad a la hora de identificar sílabas tónicas y acentuación, podemos optar por modificar esta actividad para reforzar los conceptos básicos, añadiendo colores y simplificando el esquema, como vemos en el siguiente ejemplo:


EVALUACIÓN 

1. Si es una actividad objetiva con una sola respuesta posible, se corregirá y se pedirá a los niños que expliquen cómo la han realizado. Las estrategias que han seguido los que la hayan hecho bien, servirán para enseñar a los que la han hecho mal. De esta forma los niños no sólo aprenden los resultados correctos, sino también las formas de obtenerlos. Si es una actividad abierta que admite múltiples respuestas, se escucharán algunas y se irán ajustando y mejorando si es que se requiere. También se preguntará a los niños cómo la han hecho, para trabajar las estrategias del mismo modo que en el caso anterior. 

Por turnos, los estudiantes irán saliendo a la pizarra para escribir una palabra con su escalera correspondiente, enfatizando la sílaba tónica. Preguntaremos al resto de la clase si todos opinan lo mismo, y si alguien tiene alguna respuesta diferente, se comprobará para ver cuál es la correcta. En todos los casos se buscará ampliar la respuesta para entender por qué se pronuncia y se escribe de esa manera, si hemos tenido alguna duda (para compartirla con todos) y podemos hablar de algunas palabras parecidas que tengan el mismo comportamiento, buscando alguna relación que nos permita ampliar nuestros esquemas cognitivos.

2. Como maestros, evaluaremos los objetivos que nos habíamos planteado. Si se han cumplido, si no y por qué. 

Para comprobar la eficacia de la actividad, tendremos que analizar si se han cumplido los objetivos propuestos en la preparación, para poder ajustar en caso necesario para próximas sesiones.

3. Preguntaremos a los niños si les ha resultado fácil o difícil la actividad y por qué. Si les ha gustado realizarla y por qué. De este modo evaluaremos sus motivaciones y sus capacidades de cara al planteamiento de futuras actividades. 

 Una vez finalizada, sondearemos entre los estudiantes las sensaciones acerca de la actividad, sobre su dificultad y motivación para realizarla. Tomaremos nota de sus sugerencias para futuras sesiones, y nos aseguraremos de que todos la han realizado correctamente para que no queden dudas.

4. Preguntaremos también a los niños qué creen que han aprendido haciendo esa actividad. Para qué creen ellos que sirve. La mejor motivación es siempre la utilidad (aunque nosotros pensemos que es el divertimento). Nunca hacemos con gusto algo que pensamos que no sirve para nada. 

En el diálogo posterior también les preguntaremos sobre lo que han aprendido al hacer la actividad, si les puede resultar útil, y comparamos sus observaciones con el objetivo que perseguíamos, para después ponerlo en común con ellos. De esta forma, son conscientes de lo que se pretendía, de lo que han trabajado, y así podrán aplicarlo en actividades posteriores.


Actividad lúdico-didáctica para el desarrollo de la semántica y del vocabulario

Juego elegido: Stop
Se establecen categorías para completar con palabras que empiecen por una letra determinada. Hay un tiempo máximo, pero si un equipo consigue todas las palabras grita “stop”, y se acaba el turno. Las palabras correctas que no tiene ningún equipo suman 2 puntos, y las correctas que tienen varios equipos suman 1 punto.

Se realizará por grupos para que haya debate sobre las posibles palabras, intentando encontrar una complicada que el resto de grupos no elija. De esta manera, buscamos que amplíen su vocabulario con las palabras que sugieran sus compañeros y que se esfuercen en recurrir a su propio repertorio interno. Durante la actividad pueden surgir palabras con significado desconocido para algún estudiante, por lo que se podrá utilizar el diccionario una vez finalizado el turno, para comprobar entre todos si es una palabra correcta.

Algunas categorías que podemos utilizar son: comidas, deportes, herramientas, colores, profesiones, países, ciudades, animales.

Pretendemos que utilicen vocabulario de otras asignaturas, de contextos fuera de la escuela y recurran a la familia léxica de palabras conocidas para ampliar su repertorio.


PREPARACIÓN

1. Plantearnos unos objetivos específicos (entre 1 y 3).

Entre los objetivos de 3º Primaria de la Comunidad de Madrid encontramos la adquisición de vocabulario, donde se pide “utilizar con precisión los términos correspondientes a las nociones aprendidas en los diversos dominios escolares.” y “utilizar con conocimiento de causa el léxico de las referencias temporales, de la vida cotidiana y del trabajo escolar.”

2. Preparar el material si se requiere. 

Por nuestra parte, podemos preparar distintas palabras que nos interese que aparezcan para ampliar el vocabulario. Si no surgen durante el turno de los estudiantes, las podemos proponer al finalizar, escribirlas en la pizarra y explicar su significado. Intentaremos buscar un equilibrio entre vocabulario aprendido anteriormente durante el curso escolar, y también que surjan palabras nuevas, relacionándolas con otras conocidas para provocar un aprendizaje significativo.

3. Pensar cuál es la mejor forma de llevarla a cabo en nuestro grupo (dependiendo de los intereses, capacidades, etc… de nuestros alumnos) 

Los alumnos y alumnas de 8 y 9 años están en pleno proceso de ampliación de vocabulario, desarrollando sus habilidades lingüísticas, y comienzan a sacar beneficio del trabajo cooperativo. Por lo tanto, realizar esta actividad en pequeños grupos puede favorecer su intercambio de opiniones, dialogando sobre las posibles respuestas para obtener un resultado más elaborado, lo que fomenta su adquisición de vocabulario puesto en común con los demás.

PUESTA EN PRÁCTICA 

1. Partir siempre de la evaluación inicial ¿qué conocen los niños del tema, de algunos aspectos concretos…? (Preguntar a los niños sobre ello y ajustar las respuestas a la realidad). 

Para desarrollar la actividad tendremos en cuenta los conocimientos que hemos estado trabajando durante el curso en diferentes asignaturas, para asignar unas categorías de palabras con las que estén familiarizados en un sentido transversal.

2. A partir de la motivación, explicar la actividad de forma clara.
 

Siempre que realicemos actividades en las que entre en juego la competición tendremos la motivación a nuestro favor, en la mayoría de los casos. En este caso, la utilizaremos para que se esfuercen en conseguir palabras más complicadas que les proporcionen más puntos, y se lo contaremos más o menos así:

“El juego consiste en encontrar palabras de distintas categorías que comiencen por una letra determinada. Las categorías las tenéis escritas en la pizarra. Cada grupo tendrá 1 minuto para seleccionar una palabra para cada categoría, teniendo en cuenta lo siguiente:

Si esa palabra no la tiene ningún otro grupo, se sumarán 2 puntos. Si está repetida por algún equipo más, sumará 1 punto. Si está mal escrita, o se deja en blanco, 0 puntos.
Al final de cada turno, escribimos las palabras en la pizarra y sumamos los puntos.
¿Y por qué se llama Stop este juego? Muy buena pregunta…Si un grupo acaba todas las palabras antes del minuto asignado, dice Stop en voz alta, y todos tienen que dejar de escribir.”

3. Poner al menos un ejemplo, vosotros mismos o utilizando a niños a los que vais guiando. 

Una vez explicado el juego, pondremos un ejemplo en la pizarra para reproducir un turno completo, y poder aclarar las dudas que surjan. Escribiremos las categorías y elegiremos una letra, e iremos rellenando palabras en cada columna, explicando en voz alta cómo lo vamos haciendo.

4. Dejar que los niños ejecuten la tarea. Si es oral, procuraremos hablar lo menos posible y escucharlos a ellos. Si es escrita, pasaremos por los grupos o por las mesas individuales para fijarnos si están teniendo dificultades y resolver dudas. 

    El tiempo comienza cuando el docente dice la letra por la que deben empezar las palabras, y los estudiantes tendrán 1 minuto para escribir sus palabras. Si algún grupo acaba antes, podrá decir “Stop”, y todos tendrán que dejar de escribir. Durante este tiempo, podemos pasar por las mesas para ver cómo se desarrolla el juego, pero sin intervenir ni contestar dudas que les ayuden. Las apuntaremos y las contestaremos después entre todos. Una vez finalizado el tiempo, se compartirán las palabras en voz alta; en primer lugar el grupo que haya dicho “Stop”, y si no lo ha dicho nadie, lo irán diciendo de uno en uno. Un miembro del equipo, alternándose en cada turno, lo apuntará en la pizarra para comprobar la grafía correcta, y ver si hay palabras repetidas. En una columna aparte se irán sumando los puntos en función de los resultados.

EVALUACIÓN 

1. Si es una actividad objetiva con una sola respuesta posible, se corregirá y se pedirá a los niños que expliquen cómo la han realizado. Las estrategias que han seguido los que la hayan hecho bien, servirán para enseñar a los que la han hecho mal. De esta forma los niños no sólo aprenden los resultados correctos, sino también las formas de obtenerlos. Si es una actividad abierta que admite múltiples respuestas, se escucharán algunas y se irán ajustando y mejorando si es que se requiere. También se preguntará a los niños cómo la han hecho, para trabajar las estrategias del mismo modo que en el caso anterior. 

Como puede haber múltiples respuestas, después de cada turno preguntaremos cómo han llegado a esa solución, qué estrategia han utilizado, si tenían más opciones… Todo ello para que se den cuenta de cómo enfocar el problema y activar su capacidad de razonamiento.

2. Como maestros, evaluaremos los objetivos que nos habíamos planteado. Si se han cumplido, si no y por qué. 

Al finalizar, retomamos nuestros objetivos iniciales para ver si se han cumplido, si los estudiantes han aplicado sus conocimientos de vocabulario de otros ámbitos, y valorar cómo han reaccionado ante la actividad. Si vemos que no han recurrido a ese vocabulario o no lo han utilizado correctamente, podemos ajustar para próximas actividades y reforzar esas áreas.

3. Preguntaremos a los niños si les ha resultado fácil o difícil la actividad y por qué. Si les ha gustado realizarla y por qué. De este modo evaluaremos sus motivaciones y sus capacidades de cara al planteamiento de futuras actividades. 

Además de sus reacciones durante el juego, debemos recapitular con los estudiantes para saber qué les ha parecido la actividad, qué problemas han encontrado y si les ha parecido fácil o difícil. Sus respuestas y el diálogo generado nos servirán para mejorar futuras actividades, y también reflexionar entre todos sobre la dinámica generada.

4. Preguntaremos también a los niños qué creen que han aprendido haciendo esa actividad. Para qué creen ellos que sirve. La mejor motivación es siempre la utilidad (aunque nosotros pensemos que es el divertimento). Nunca hacemos con gusto algo que pensamos que no sirve para nada. 


También es importante centrarnos en los objetivos puramente didácticos, para que se percaten de lo que han trabajado casi sin darse cuenta. Que reflexionen sobre qué se pretendía con esta actividad en su opinión, y si lo han conseguido. Entre todos debemos llegar a los objetivos iniciales, y nosotros debemos explicárselos para que sean conscientes de ellos.

 CONCLUSIÓN

En este bloque hemos visto la necesidad de trabajar la ortografía y vocabulario desde un enfoque constructivista, que provoque un aprendizaje significativo y evite el tedioso trabajo de la memorización de normas gramaticales. Pero, además, hemos visto un proceso adecuado para aplicarlo en el aula paso a paso, desde la planificación, pasando por la puesta en práctica y finalizando con la evaluación. Aplicando ese procedimiento podremos diseñar cualquier tipo de actividad que nos ayude a mejorar las habilidades, en este caso lingüísticas, de nuestros alumnos y alumnas.

Tanto en la bibliografía consultada como en la teoría, hemos aprendido los motivos por los cuales los métodos tradicionales no resultaban útiles para el aprendizaje de estos contenidos. Solamente a través de una aplicación práctica del lenguaje, y de una exposición visual, auditiva y cinética de las palabras conseguiremos una asimilación de las grafías y del vocabulario que han supuesto un obstáculo durante tanto tiempo.

Estamos viendo que hay una forma diferente de aplicar la didáctica en nuestro futuro docente, teniendo en cuenta la evolución de los niños y niñas, la manera en la que se aprende en función de los contenidos, la edad, la motivación y los esquemas cognitivos existentes,… Y todo ello para conseguir un aprendizaje significativo más eficaz y con menos esfuerzo que lo que hemos experimentado nosotros como estudiantes.

BIBLIOGRAFÍA

Martín Vegas, R.A.
   (2009).  Manual de didáctica de la lengua y la literatura. Madrid: Síntesis.

Teruel, F. C.
   (2013). Tratado de didáctica de la ortografía de la lengua española: la competencia ortográfica. Octaedro.

WEBGRAFÍA

 Labajo González, Irune
     (2018) Teoría de la asignatura Didáctica de la Lengua española,  Centro Universitario La Salle. Disponible en: http://online.lasallecampusvirtual.es

Labajo González, Irune
     (2018) Guía de trabajo de la asignatura Didáctica de la Lengua española, Centro Universitario La Salle. Disponible en: http://online.lasallecampusvirtual.es

Labajo González, Irune
     (2018) Guía académica de la asignatura Didáctica de la Lengua española, Centro Universitario La Salle. Disponible en: http://online.lasallecampusvirtual.es

4 comentarios:

  1. Hola Jesús:

    ¡Enhorabuena por tu entrada! Al comenzar la lectura de la misma, como en todos los comentarios que realizo, he ido en busca de puntos fuertes y puntos de mejora. No obstante, la entrada al completo me ha parecido excelente.
    Creo que has realizado un trabajo muy pormenorizado, relacionando cada punto de los apuntes con bibliografía complementaria, profundizando en cada apartado. Además, la presentación de tu post es clara, estética y muy fácil de seguir.

    Me ha encantado leerla y aprender de ella, así que enhorabuena, compañero, ¡sigue así! Tus alumnos tendrán la suerte de contar con un profesor tan implicado en la labor docente como en la formación universitaria.

    Un saludo,

    Cristina

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    1. Muchas gracias por tu comentario, Cristina:

      La verdad es que he disfrutado mucho revisando las actividades que ha compartido Irune, y he elegido dos que me resultan familiares y entretenidas.

      Además, creo que el esquema para desarrollarlas nos resultará muy útil en el futuro.

      Muchas gracias de nuevo.

      Jesús

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